Junto con la restauración de la Iglesia de Santa María la Antigua en los años 90 y, tras muchas gestiones para buscar financiación de la Asociación Vicus Albus, la torre de la iglesia contó de nuevo con un reloj y con él se adquirió una esfera de sonorización. Esto posibilitó que el pueblo de Vicálvaro volviera a contar con el clásico sonido del tañido de las campanas. Este hecho no gustó a todo el mundo y tras las quejas que surgieron entre algunos vecinos, que se sentían molestos por el hecho de que cada cuarto de hora sonaran las campanas, se decidió celebrar una consulta popular para conocer la opinión de los vecinos. Varios medios se hicieron eco de la noticia.
Finalmente, el 6 de marzo de 1994, los vicalvareños pudieron expresar su opinión sobre este asunto. La iniciativa partió de la propia parroquia y de la Asociación Vicus Albus. En la votación participaron 1.344 vecinos y el resultado fue mayoritariamente a favor de que las campanas siguieran sonando y marcando las horas. A favor, votaron 1.331 personas, en contra 13 vicalvareños. Además, se recogieron sugerencias como las 60 personas que pidieron que sonaran las 24 horas (actualmente lo hace de 9 de la mañana hasta la medianoche), 46 pidieron que subieran el tono y 37 pidieron que se quedaran como está.